jueves, 27 de marzo de 2014

Vamos a ver arte

¡VAMOS A VER ARTE!

Os doy la bienvenida a este nuevo blog dirigido a los amantes del Arte con mayúsculas. Espero que lo disfrutéis, tanto como yo, cuando lo contemplo y saboreo. Su finalidad es docente, para los alumnos que cursan la asignatura de Historia del Arte en 2º de Bachillerato, pero también se dirige a los alumnos de la ESO y a todos los amantes del arte a lo largo de la Historia. Os ofrezco viajar conmigo en el tiempo y en el espacio, visitar los sitios que inspiraron, donde vivieron y amaron los grandes artistas y que yo he visitado. Es un viaje en el que quiero unir arte y naturaleza, geografía y sociedad, ciudad, recursos económicos e ideas. 
Vamos a empezar con Toledo y El Greco. Pocas veces una ciudad y un artista han quedado tan intrínsecamente unidos. Hoy Toledo no se podría entender sin el extraordinario pintor cretense y a éste sin su relación con Toledo. Precisamente este año se celebra su quinto centenario, y tenemos la posibilidad de visitar la ciudad y además la Exposición que se inauguró la semana pasada. Ningún amante del manierismo y de la luz y el sabor de Toledo puede perderse este acontecimiento.  
El Greco, tras formarse con los grandes artistas venecianos, donde adopta luz, color y pincelada pastosa,  recala un tiempo en Roma, en donde admira los colores y formas de la Capilla Sixtina de Miguel Ángel viaja a España. Primero intenta ganarse el favor de Felipe II, mecenas español del momento, que se encuentra construyendo y decorando la obra de su vida: el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial (al que dedicaremos otro día). Para él realiza una obra realmente interesante: el "Martirio de San Mauricio y de la Legión Tebana", pero su factura disgustó al rey, que deseaba una mención explícita al martirio sufrido por el santo y sus compañeros. El Greco prefirió centrar el interés en el momento en que adoptan la decisión de ser mártires por la fe. Gracias a que la obra no es del gusto real, tuvimos la suerte de que el pintor se dirigiera a Toledo, donde residirá hasta su muerte. Además de las obras archiconocidas y magníficas de El Expolio, El entierro del señor de Orgaz, y el Apostolado que podemos disfrutar tanto en la Catedral primada como en la iglesia de Santo Tomé, hay dos obras que resumen el amor y la relación que el enigmático pintor tuvo con la ciudad del Tajo: la vista expresionista de Toledo, que muestra un paisaje interior del pintor, de cómo ve él la ciudad, cómo la percibe y la hace suya, y una de las pocas obras pictóricas mitológicas del siglo XVI español: Laocoonte y sus hijos; con un alucinante paisaje de colores metálicos y tornasolados, figuras contorsionadas y sufrientes; además de ser uno de los escasos desnudos de la época. Disfrutad un poco de estas dos visiones, y de Toledo cuando llegamos a ella desde Madrid. La vemos como una ciudad alta, lozana y consciente de su grandeza y pasado histórico. ¿Queréis disfrutar de Toledo visto por el pintor cretense y compararlo con la cámara fotográfica? Allá vamos.... A mí me gusta más la de El Greco. ¿Y a tí? Observa las diferencias de la percepción urbana de Toledo entre ambas obras del magnífico pintor del siglo XVI. Observa el cielo y lo que puede significar su color en relación con el estado de ánimo del autor. También te ofreceré imágenes de la Catedral primada, de la Mezquita de Bab-al-Mardoun, hoy Iglesia del Cristo de la Luz, del Claustro de San Juan de los Reyes, de la Sinagoga del Tránsito o de Santa María la Blanca. ¿Qué, te animas a disfrutar de ver el Arte? 


   

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